Descripción
La fe que todo lo puede Introducción. Cuando éramos niños había un juego que solíamos practicar “El bananito tieso”, teníamos que confiar en las personas que nos sostenían mientras nos balanceamos de un lado hacia el otro y estábamos seguros que no nos dejarían caer, porque eran nuestros amigos y sabíamos que así era ese juego. Nuestra fe en Dios debe ser algo similar, aunque más fuerte y permanente. El Señor en Hebreos 11:1 nos dice qué es la fe: “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Encontramos allí dos palabras claves: SEGURIDAD y CONFIANZA. Es decir, cuando tú desarrollas este tipo de fe, puedes “ver” cómo Dios te da lo que te ha prometido, y es entonces claro para ti que grandes cosas puedes hacer, porque puedes interiorizar lo que dice Filipenses 4:13 (Todo lo puedo en Cristo que me fortalece) y comprendes que no es en tus fuerzas, ni capacidades, sino en las de Cristo; es entonces cuando tienes la seguridad de que puedes dejar todo tipo de dependencias o pecado, porque tu capacidad viene de la confianza que te genera la Palabra de Dios. Pero hay dos cosas que tú debes aprender y hacer para desarrollar fe:
1° Creer en Dios
¿Qué significa creer en Dios? Tú tienes que creer que Él es lo que Él dice que es; Él es Todopoderoso, Él es tu Sustento, Él es tu Sanador, Él es tú Guía, Él es tu Guardador, tú Proveedor, Él es tu Bandera de Victoria, Él es Todo para ti y tú tienes que empezar a creer eso, pero no solamente creer, sino vivir una vida de obediencia que evidencie que tú crees que Él es lo que Él dice que es. Dios no sólo quiere que nos quedemos en ese pedacito de creer que Él existe, pues los demonios también creen y tiemblan. (Santiago 2:19), entonces dime qué diferencia hay entre aquel que cree y un demonio, hasta allí, ninguna, los dos creen que existe Dios; diferente es cuando tú vida es rendida al gobierno de Dios, cuando tú le dices al Señor: “Señor yo quiero entregarte mi corazón y quiero nacer de nuevo en ti”; entonces comienzas una nueva vida en una relación íntima con Dios. Allí comienzas a creer lo que Él es y quieres por tanto vivir el poder de Dios en tu corazón; no obstante, la única forma de lograrlo es tener intimidad con Él cada mañana, y te invito a que empieces desde hoy mismo para que puedas desarrollar esa relación de intimidad con Dios y así, tu confianza y seguridad en Él irá creciendo poco a poco. Que puedas decirle al Espíritu Santo que de aquí en adelante tu vida le pertenece a Él, y que al doblar tus rodillas en la intimidad de tu habitación puedas pedirle al Señor que te llene de su Presencia, y derrame sobre ti ese don maravilloso de la fe, porque es la clave para que puedas avanzar y conquistando las cosas grandes que Dios tiene para ti, pero ten presente que necesitas tener siempre intimidad con el Señor, para que puedas creer que Dios te lleva a un anhelo infinito de querer conocerlo más y más, y de adorarle, exaltarle, al punto de querer solamente vivir para Él, para que transforme tú corazón y esta transformación solamente se adquiere por desarrollar intimidad permanente con Dios; algunos necesitarán para ello aprender a orar, aprender a alimentarse de su bendita Palabra, otros tendrán que pedirle al Espíritu Santo que desarrolle en ellos esa vida de oración e intimidad con el Padre Dios, solamente cree que Él te va a enseñar a orar y vas a empezar a fluir en tu oración, en tu intimidad con el Señor, vas a pasar momentos espectaculares en la Presencia de Dios, porque es en Su Presencia donde te fortaleces para hacer lo que tú solo (a) no puedes hacer.
Meterse en la Presencia del Espíritu Santo es poder recibir la fuerza que te hace más superior y más grande frente a esa situaciones que estás viviendo para que las puedas superar; pero debes empezar por creer en Dios. Jóvenes cuando nos acercamos a Dios, Él no nos promete una vida sin problemas, al contrario nos dice que en el mundo tendremos aflicción, pero que confiemos en Él (Juan 16:33); así es en realidad, todos tenemos algún tipo de aflicción o problemas, porque diariamente tenemos que librar nuestras batallas; eso hace que podamos ser formados en nuestro carácter, en nuestra personalidad como hijos de Dios, porque cuando vencemos esas situaciones, es que la presencia de Dios, o el hálito del Todopoderoso habita en nosotros, y eso es lo que te hace diferente, pero todo comienza por creer en Dios; así desarrollarás una fe sobrenatural que a la gente del común le parecerá locura, no lo van a entender, porque ante una situación terrible, la gente al verte tan confiado(a), se sorprenderán y dirán él/ella por qué no llora, todos los demás tristes, llorando y esta persona tan tranquila… las demás personas en su naturaleza humana, su acción, su actitud y su reacción frente a esas circunstancias desarrollarán angustia, no pueden dormir, desesperación, con ganas de quitarse la vida, en otra palabras, no sabrán qué hacer; porque les falta lo que ya tú has adquirido, fe, que te llena de paz, porque sabes que Dios hará grandes cosas, debido a que tienes intimidad con el Señor y Él vive en ti y te da esa fuerza para que puedas soportar lo que la gente del común no puede soportar…
2° Creer en Sus promesas. Eso significa que tú vas a creer todo lo que Él dice de que es, y todo lo que Él promete que te va a dar, y que lo que está escrito en su Palabra eso es; pero hay personas que escuchan más la voz del diablo en sus mentes, en su corazón; y comienzan a escuchar: “que tal que tu no puedas, que tal que no pase, es que es imposible,” etc., todas esas palabras tú tienes que anularlas desarrollando: FE, CONFIANZA y SEGURIDAD, que si Dios te prometió Él lo va a hacer, tus hijos le pertenecen al Señor Jesús, cree que ellos van a llegar a los pies del Señor, cree y ten la certeza de que así va a ser. No creas lo que ellos están viviendo, ni creas lo que tus ojos están viendo en este momento, no te dejes desanimar, cree que lo que Dios promete que es, así es y punto. Lo escrito, escrito está y si Dios dice que tú lo harás pues tú lo harás y punto, pero debes desarrollar fe. Cree en sus Palabra, cree que todo lo puedes, cree que eres un vencedor, incluso que eres más que un vencedor (Romanos 8:37), cree que puedes salir de esas deudas, superar ese problema de alcoholismo, cree lo que Dios dice que tú puedes ser y hacer, cree que eres un hijo de Dios, cree que Él tiene el control y está en el asunto, solamente desarrolla fe.
Jóvenes cuando Dios habla, nuestra actitud tiene que ser de escuchar y responder con obediencia a las Palabras que Él nos hable; si Dios me dice a mí “mira no está bien que tú hagas esto, es incorrecto”, yo tengo que escuchar a Dios y aunque a mí carne no le guste lo que Dios me está diciendo tengo que obedecer y cambiar. Tú necesitas aprender a escuchar la voz de Dios porque mucha gente espera ver milagros en su vida, espera ver el poder manifiesto de Dios en su corazón pero no están dispuestos a obedecer sino sólo lo que a la carne de ellos les agrade, pero cuando Dios les pide algo más allá, que realmente sabe que no está bien, que les está inquietando que por allí no es, ¡Mira, por allí no es! ¡Ya te he dicho que por allí no es! Y sigues con la terquedad, el Señor no puede obligarnos pero te vas a estrellar, te vas a dar bien duro cuando no era necesario. Obedece lo que el Señor diga.
Conclusión. Hace parte de creer, hace parte de desarrollar fe: La obediencia. Estamos claros con esto. Creer en Dios demanda de nosotros un corazón inocente. Recuerden que Jesús decía que el Reino de los cielos era de los niños y les explicaba que la razón era porque ellos tienen un corazón santo, inocente, que todo se lo creen. (Mateo 19:14). Cuando ustedes eran pequeños a veces escuchaban historias de terror o veían películas de terror, tenían más o menos 7 años, y cuando llegaba la hora de ir a dormir y la mamá apagaba la luz y cerraba la puerta de su cuarto, usted se pasaba para la cama de su hermana mayor o a la cama de sus papás porque pensaba que lo que había visto en la televisión se le iba a aparecer en la noche y peor si la cortina se le movía, no podían dormir. Un niño cree todo lo que le dicen, cree que existe el monstruo que vio en la televisión, nosotros tenemos que decirle que eso es “mentira”, que “no existe” y aunque le expliquemos sigue temeroso, asustado, creyendo que existe porque un niño es inocente. Cuanto más ahora creerle a un Dios que es Verdadero, tener la inocencia para creer a ciegas que lo que Él es, es verdad, y que lo que Él dice se va a cumplir “que todo lo puedo en Él porque Él me fortalece”, esa es la fe que lo puede todo, hoy es el día para que le digamos al Espíritu Santo, danos un corazón que lo crea todo. Todo lo que Tú digas lo voy a creer y voy a creer en la esencia de lo que Tú dices que eres, voy a vivirlo en mi vida, voy a determinarme entregarte el dominio de mi corazón Señor Jesús.
Predica : Pastora Diana Aristizábal
Mpn Jóvenes
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